lunes, 28 de junio de 2010

de tu ventana a la mía

-si mirases por donde vas…
Caso omiso al comentario de la enana.
-vaya, ¡te rompí esto!
-no, no te preocupes ya estaba roto- no me di ni cuenta el que estaba roto.
- ¿cómo puedo pagarte eso?
-no hace falta de verdad.
-no, insisto, invitándola a un café, ¿le parece bien?
-¡no aguanto esta forma de ligar de pavos!- Nasha hace su acto de presencia bastante escandalosa.
-bueno dame tu numero y ya lo hablamos, por cierto me llamo Marlos- su sonrisa me perdió, era tan bonita…
-si espera mi numero es… ¡mierda!
-¿que pasa?
-esta misma mañana me han robado el móvil justo en esta calle.
-bueno pues entonces, te doy mi numero y ya me llamas de donde puedas.
No quería parecer una desesperada por ese número de teléfono pero cuando me lo dio, me entró ganas de comprarme un móvil nuevo y llamarlo.
-¿sabes que si lo llamas en menos de 16 horas, te tachara de desesperada?
-¿y que eres ahora mi conciencia? Bastante tengo que aguantarte por unas horas.
¡Unas horas! Nada, el reloj daba las 1:35 de la mañana, ¿pero dónde está esta mujer? A las doce, a las doce, sin falta. Pues nada a dormir con la mocosa en la misma cama.
-espero que mañana a primera hora este tus padres plantados en la puerta para recogerte.
La niña se está riendo y no entiendo muy bien porque pero lo está haciendo, no quiero darle importancia, no quiero ahogarla con mi almohada, que luego pongo la cara…

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