sábado, 5 de junio de 2010

de tu ventana a la mia

Una mañana como otra cualquiera, me dirijo a trabajar, como un robot obligado día tras día a hacer lo mismo. Mis sueños atrapados en una cárcel controlada por el despertador, todos los días a las 6:20 suena el fin de mi tranquilidad, y el comienzo de la rutina.
Pues nada, me defino como una chica joven, solitaria y monótona. Por la razón de que vivo sola mi independencia, en un piso de escasos metros cuadrados y de un desorden descomunal, pues yo misma me entiendo. Sin animales que cuidar, me las apaño bien llegando a fin de mes, con el sueldo de cajera de un gran centro comercial, no soy de caprichitos y mis salidas son reducidas.
Criada en una familia muy religiosa, no tengo dudas de porque soy así, le rebeldía de mis tiempos de adolescente ha creado a la mujer que hoy ven. ¿Arrepentida? Para nada y de nada, señores aquí me tienen una entre mil millones y pensando siempre en lo mismo, por desgracia desde que tengo uso de razón, ¿Dónde estará ese príncipe azul? No entiendo el porque se esconde.
Mis amigas dicen que vivo demasiado deprisa la vida, que a mis diecisiete años no tenía que haberme ido de casa, ¿a quien le importa? yo tome una decisión de irme con el primero que me prometió cumplir mis sueños, y con el primer capullo que me dejó por cumplir el suyo. De todo se aprende, y no es que se destroce mi vida por un simple hecho.
Y aquí me tienen joven, con ganas de aprender lo que es la vida y con un pasado bastante oscuro.
Ante todos y toda la humanidad me presento, mi nombre es Kassiu.

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