sábado, 31 de julio de 2010

De tu ventana a la mía

Maldito despertador. Lunes, la misma hora de siempre, la misma rutina de siempre. Lavándome los dientes caí en la cuenta ¡ostras! No llamé a aquel chico.
Le llamo desde el trabajo, lo hago cuando llegue. Sea cual sea la respuesta esta muy claro que soy yo la que tiene que llamar.
-por favor, por favor…
-dígame.
-¿marlos?
-si soy yo, ¿quien me llama?
-soy…Kass, Kassiu.
-aah aquella chica, si.
Al menos no me había olvidado por no haberle llamado unos días antes, bueno quedaba muy claro que necesitada no estaba.
-bueno, entonces, ¿Dónde?
-¿Dónde que?
-que donde quedamos, para pagarte lo que te rompí.
¡Una cita! En meses, en años, exageraba estaba sola desde hacia mas de medio año.
Algo en mi saltaba de alegría y movía mi cuerpo al son de sus movimientos.
Llega el momento, repaso lo previsto, reviso otra vez la ropa, recalco los detalles.
Delante de espejo veo a alguien ya desconocida, muy arreglada.
-no parezco ni yo, no quiero aparentar estirada.
Cambio de ropa entera, ahora estoy más sencilla y me reconozco en el espejo.
-que me hago en el pelo…
Con las manos me hago recogidos, unos no me gusta, otros no me pegan, aparento menos años…
Al final dejo mi pelo suelto. Ya preparada para salir, miro la hora.
¡Llego tarde! Se me echó la hora encima.
Una figura al otro lado de la ventana pasó desapercibida otra vez.

lunes, 26 de julio de 2010

De tu ventana a la mía

Bueno esto ya es el colmo, las 15:07 y nada pero estos que comieron anoche, ¿marisco?
No se como la niña podía seguir sentada en la cama, no quiso ni comer. Yo no insisto, si no quiere, no quiere.
El milagro ocurrió, el timbre está sonando, son los padres de la criaturita que por fin a las 6 de la tarde se la llevan.
-gracias Kass no sabes cuanto te lo agradezco. Pues estuvo muy bien la cena comimos muy bien y lleguemos tarde a nuestra casa porque claro…
Vale que me cuente su vida sin preguntar pasa, pero que encima me diga que sabía que llegarían tarde, estoy aun por ir a por la almohada y estrangular a las dos.
-…pero claro, nosotros sabíamos que era por el ascenso por lo que ya mi marido tenía un discurso perfecto…-no podía mas.
-Ginna, me parece muy bien la bonita historia de la cena pero quiero seguir haciendo mis cosas, ale ya me lo terminas de contar en el trabajo.
La puerta sonó al cerrarla, ya era hora de un poco de paz. Ahora la duda que me rondaba por la mente era ¿de dónde demonios salía esa risa?
Estirando las sabanas y con la ventana abierta lo descubrí.
-una niña encantadora.
-¿eh?
-la niña, que es muy encantadora.
-si sabe como ganarse el pan… ¿Cómo sabes...?
-perdona, es que os he escuchado antes corretear por el piso y no he podido aguantar la tentación de escucharos.
Se rió y deduje que él era mi monstruo personal.
-perdona si…bueno te utilice para asustar al diablo.
-no pasa nada, me he divertido de verdad.
Pues nada finalizada esta conversación me voy a terminar de leerme el libro que anoche por culpa, de “no mas de las doce” no pude terminar.
-no me presenté, me llamo Leevier.
-Kassiu.
Un sábado echado por alto, y un domingo muy corto.

domingo, 11 de julio de 2010

De tu ventana a la mía

Un ruido de la cocina me despierta.
-¿qué coño pasa?
-¿tu madre nunca te ha dicho que te laves la lengua por todas esas palabrotas? Por favor busco algo de comer.
-no ves los cereales.
-algo comestible, no quiero morir por intoxicación y a saber de que.
Me dirigí hacía ella y extendí las manos para hacer lo que no hice anoche, ¡yo te mato!
Por desgracia se ha dado la vuelta y me ha pillado como una psicópata queriendo matar a su victima, por lo cual el resultado ha sido ella corriendo y yo detrás.
-¡aaah! ¿Estás loca? Qué intentas hacer…
-¡algo que debí hacer hace mucho!
Casi la tenía pero el pico de la mesa me traicionó y troncho mi pobre dedo chico del pie.
-eso te pasa por querer hacer daño a una pobre niña.
De pobre niña nada, el diablo en mi piso tenía yo. Tendida en el suelo llorando de dolor mi dedo chico tronchado para el otro lado y ella riéndose a una distancia prudente.
Una risa salida de la nada resonó en la habitación, algo pasado desapercibido estaba allí.
-vale Kass no se como has hecho eso pero me has acojonado.
-¿y tu eras la que no decía palabrotas?
De repente volvió a sonar.
-haz que pare, da miedo.
Cosa que pille como excusa.
-pues si no te portas bien le diré…-que te coma no valía era niña pero no gilipollas- que salga.
¡Ala! lo primero que he pillado, que colara era cosa suya. Me miró raro y se fue para la habitación, se sentó en mi cama y mirando hacía la puerta mientras dice algo en voz baja.
-¿se puede saber qué murmuras?
-que vengan ya mis padres, no quiero estar en ésta casa un segundo más, es de locos.
No le hice caso, por lo que empecé a recoger.