miércoles, 4 de abril de 2012

De tu ventana a la mía

-¿te pasa algo? -no, no ¿por qué? -estas muy callada, ¿no será por lo del otro día? No se como disculparme por haberme ido… -no, no es eso, solo que soñé contigo- le sonrío, Marlos se porta muy bien conmigo y no quiero hacerle daño, aunque le estoy mintiendo o no, mas bien es no decirle la verdad. Me observa por un momento y luego suelta una carcajada. -¿y eso te tiene tan preocupada? Soñar no es malo, no dice nada. Espero que no me hayas matado en tu sueño. Me echo a reír, matarlo no, engañarlo si. El almuerzo se ha pasado rápido y agradable. La tarde de domingo, algo parecido a un día de navidad con toda la familia, todo es bonito y perfecto. Estamos parados enfrente de mi portal, esta oscureciendo y algunas nubes perezosas se niegan abandonarnos. Algunas gotas caen veloces y rompen en el suelo otras en nuestros abrigos, son invisibles y apenas se notan. Lo tengo frente a mí, mirándome detenidamente, pensando en algo, ¿me despido ya? Me agarra de los hombros lentamente me acerca hacia el, voy inclinándome sobre mis pies, me pongo de puntillas para llegar, se acerca a mi rostro, respira fuerte, nervioso, roza mi mejilla el vapor, siento sus labios carnosos y calidos, pero aun no rozaron los míos, si inclina, hago lo mismo y…una manta de agua caída del cielo nos empapa en menos de unos segundos.

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