miércoles, 4 de abril de 2012

De tu ventana a la mía

Camino con una sonrisa, alegre, feliz. Después de la tormenta llega la calma. Y no hay nada que rompa este hilo de satisfacción. -veo que no te hace falta una buena noticia. En vez de andar parece que voy saltando de la misma alegría. -¿buena noticia? -si, a mi jefe le gusto tu foto. Acto seguido, consecuencia de esa alegría y mientras él me decía algo, me lancé a los brazos de Lee hundiendo mi rostro en su pecho, sentí como sus brazos calidos rodeaban mis espaldas y cuando lo ocurrido pasa por mi conciente, me separo. Un calor sofocante me recorre las mejillas, resoplar no me sirve de nada. -lo siento Lee. Ni saltando ni andando sino corriendo subo la escaleras, escuchando su voz abajo “no te preocupes” .Tumbada en la cama doy vueltas a todo lo ocurrido y me duermo pensando. La calle esta aparentemente desierta, no hay nadie. Tengo la sensación que me muevo por instinto que no tengo destino, ni lugar a donde ir. Esta anocheciendo, pero se ve todo y aun las farolas no han encendido su luz acusador, me gustaría saber a qué borracho engañará o que ladrón huirá de ella. No encuentro nada que me diga que hacer. -será mejor que busquemos un lugar alto. La voz masculina me hablaba y me conducía a un chico, que situado a mis espaldas no dejaba de mirarme. -¿por qué? -el agua te llega hasta las rodillas. Sentir el frío en mis piernas me hizo reaccionar, su mano extendida, su mirada inocente y su sonrisa picara. Delante de él, le reconozco, ¡otra vez Lee! ¿Por qué sale en mi sueño? -no necesito tu ayuda, estoy muy bien ya me voy. Forcejeamos un poco y el termina cogiéndome de mis muñecas, siento su respiración cerca de mi rostro, su mirada se fija detrás de mi y me empuja, me pisa varias veces los pies, pues me digno a moverme. Ya no puedo dar mas pasos un muro me lo impide, mis brazos son obligados a permanecer pegados al frío tacto de la pared, sus labios rozan levemente mi piel, recorre mi cuello, acto seguido me abandono, sube por el y me libera una mano, dulces besos en el mentón, su mano recorre mi brazo. Un clandestino y deseado beso en los labios.

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